Nos encontramos en un momento crucial para la gestión de los recursos forestales en Canarias. El nuevo Plan Forestal pretende no únicamente abordar las problemáticas a las que se enfrenta nuestra sociedad y nuestros montes, sino también anticiparse a los desafíos emergentes, con un enfoque integral que abarca la sostenibilidad, la participación y gestión activa. El monte en Canarias abarca un 78% del territorio del cual, el 83%, es de propiedad privada. Por otro lado, casi la mitad de la superficie de Canarias se encuentra protegida. Aproximadamente, un 36% de estos espacios naturales protegidos presenta una masa forestal arbolada. Esta combinación destaca la necesidad de establecer un enfoque sostenible del Plan Forestal de Canarias, beneficioso tanto para la conservación de la naturaleza, como para las personas propietarias y para el resto de la sociedad. El nuevo documento pretende actuar tanto sobre la vegetación arbolada como sobre el resto de vegetación (matorrales, herbazales), a través de una gestión forestal activa y sostenible destinada a la conservación, el aumento de la biodiversidad y a la regeneración continua del bosque. Se debe tener en cuenta que muchos de los montes canarios provienen de repoblaciones que requieren de un mantenimiento, que debe estar orientado a la búsqueda de unos ecosistemas sanos y resilientes frente al cambio climático y otros riesgos como los incendios y actuando sobre la desertificación, contrarrestando la pérdida de suelo fértil que afecta a las islas orientales. Además de gestionar la superficie forestal existente, el Plan forestal de Canarias, también promueve un incremento de la vegetación en 8.250 ha. De esta manera, se considera que este incremento, junto con la mejora de la vegetación derivada de los trabajos de selvicultura, repercutirá en el aumento de la captación de CO2. En este sentido, la aplicación del Plan supone mejorar la huella de carbono de Canarias en 2.489.369,47 Tn CO2 lo que equivale, aproximadamente, a las emisiones de 800.000 coches durante un año. De esta forma, se pretende fomentar la gestión forestal en la propiedad forestal privada e impulsar un tejido empresarial fuerte y consolidado con herramientas como el establecimiento de una retribución adecuada para las personas y organizaciones que se impliquen activamente en una gestión forestal sostenible. Se estima que, en Canarias, los servicios ambientales que producen los montes, de los que el 64% representa la fijación de agua, suponen más de 600 millones de euros. Asimismo, el Plan Forestal fomentará la investigación y experimentación mediante el desarrollo de parcelas de experimentación además de promover convenios con centros de investigación y universidades, con el fin de avanzar en diferentes áreas prioritarias de investigación forestal, entre las cuales se encuentra, por ejemplo, la mitigación y adaptación al cambio climático. En este contexto, se ha diseñado un Plan Forestal con una importante incidencia sobre el territorio, además de con una significativa implicación social a través de la promoción del desarrollo económico rural, la educación y sensibilización ambiental y forestal que potenciará la colaboración interadministrativa y promoverá regulaciones relacionadas con el medio forestal, como la Ley de Montes de Canarias o el Decreto de Prevención y Extinción de Incendios.